Escoger un buen proveedor de formación en idiomas puede suponer un quebradero de cabeza en vista de la populosa oferta actual en el mercado. Por esta razón, os vamos a dar una serie de recomendaciones que permitirán dos cosas.
1-Facilitar el proceso de elección.
2-Dar con el proveedor de formación en idiomas más adecuado a las necesidades de la empresa.
Comencemos.
Primera recomendación: Buscad lo que deseéis encontrar.
Aunque pueda parecer una perogrullada, no lo es en absoluto si olvidáis el objetivo de la empresa. Al igual que con los nombres, mucha gente se llama igual, pero el apellido es distinto. Lo mismo sucede con los proveedores de formación en idiomas. Si no prestáis atención al tipo de cursos que dan las academias, os vais a encontrar con un servicio que no interesa a la empresa. Tened en cuenta que muchas academias enseñan el idioma, pero aplicado a conocimientos generales y no particulares. La formación en idiomas que realmente estáis buscando no precisa ofrecer la habilidad de hablarlo en cualquier situación, sino en una muy concreta: el trabajo. Por tanto, investigad en primer lugar qué proveedores están especializados o incluyen cursos de formación en idiomas para empresas y descartad aquellos más adecuados para otro tipo de necesidades. Al fin y al cabo, lo que interesa a la empresa es que sus empleados se puedan manejar con fluidez y seguridad en reuniones, presentaciones o por teléfono y no mantener una amena charla en un bar.
Un proveedor de inglés para empresas bien conocido en el sector de formación in company que lleva desde el año 2000 impartiendo clases de idiomas in company. Es uno de los pocos proveedores que sólo trabaja con empresas (es decir, no forma a los particulares), así que son bastante experimentados.
Segunda recomendación: Sabed cuántas personas van a participar en los cursos.
Antes de hacer un pedido, cualquier empresa calcula el volumen del mismo para no quedarse corto o acumular objetos en el almacén que supongan un gasto innecesario. De esta manera, se optimiza la inversión a la perfección. Lo mismo debe suceder previamente a establecer contacto con los proveedores de formación en idiomas, por dos motivos muy sencillos: no todos los empleados tienen el mismo nivel y sus necesidades suelen ser muy distintas. Vayamos con el primer punto: el nivel. La mejor manera de sacar el máximo rendimiento de un curso de idiomas es a través de grupos homogéneos de número reducido, con el fin de no saturar la sala y permitir a cada empleado una participación activa constante. El tamaño ideal de cada grupo, además, debería estar conformado por un número par, dado que así se potencia el trabajo por parejas. Pero no es imprescindible para el desarrollo de los cursos. No obstante, tened en cuenta que ocho personas van a rendir siempre mejor en dos grupos de cuatro. Esto respecto a los grupos de mismo nivel. En caso de niveles distintos, es mucho más evidente la necesidad de organizar grupos distintos para impartir una formación adecuada a los conocimientos de los empleados. Una persona de nivel intermedio al que se le incorpore a una clase de principiantes no tardará en perder el interés por el contenido del curso y dejará de asistir al cabo de un par de clases. Así que, si dividimos a los empleados por nivel y por número de asistentes a los cursos, sabremos cuántas clases necesitará la empresa.
El segundo punto, relativo a las necesidades de los empleados, afecta a determinados empleados, especialmente de la clase ejecutiva, que requieren el aprendizaje de los idiomas de manera más específica a las características de su puesto. Si añadimos este punto al anterior, tendremos el volumen total de clases necesarias para dar una formación adecuada en idiomas. Gracias a esto, sabremos mejor a qué proveedores podemos contactar y a cuáles no. Por ejemplo, si el volumen de clases es bajo, cualquier academia especializada puede prestar sus servicios. Por el contrario, si se trata de una cantidad alta de grupos, la lista de proveedores se verá reducida a aquellas academias de idiomas capacitadas para proporcionar tanto los medios como las horas necesarias para atender las necesidades de la empresa. En caso de no seguir estas indicaciones con cuidado, correréis el riesgo de adquirir una formación chapucera que redundará negativamente en las capacidades lingüísticas de los empleados, a lo que podéis añadir una considerable pérdida de tiempo y recursos económicos para la empresa.
Tercera recomendación: Conocer la flexibilidad de los proveedores de idiomas para empresas.
Esta recomendación deriva de la que habéis visto en el apartado anterior. Una vez establecidos los grupos, el siguiente paso a dar es cómo realizar las clases. Y para ello es necesario conocer la flexibilidad de los proveedores de idiomas para empresas. Pero, ¿cómo se define esta flexibilidad? De la siguiente manera:
1. Desplazamientos.
Hay tres tipos de academias: las que imparten la formación en sus propias instalaciones, las que desarrollan los cursos en la propia empresa y, por último, las que combinan ambas modalidades. Nuestra recomendación es que preguntéis a los alumnos si prefieren desplazarse hasta un lugar de la ciudad para recibir la formación o que ésta tenga lugar en las instalaciones de la empresa. Sus respuestas os permitirán seleccionar adecuadamente al proveedor.
2. Horarios.
Por regla general, las opciones horarias más populares para recibir la formación son antes de comenzar la jornada laboral, a la hora de la comida o al término del día. Si tenemos varios grupos y éstos han escogido el mismo horario, el proveedor debe ser capaz de proporcionar varios formadores para poder atender las necesidades de la empresa. Aquí tenéis otro punto importante a la hora de seleccionar al proveedor adecuado.
Por otro lado, también es posible que los horarios estén más repartidos e incluyan franjas temporales menos habituales pero igualmente comunes entre ciertos departamentos corporativos. El proveedor de formación en idiomas debe estar preparado para disponer de profesores que puedan cubrir estos huecos.
Finalmente, los empleados pueden escoger diferentes horas a lo largo del día, desde bloques de varias horas seguidas hasta turnos partidos. De la misma manera que en los dos apartados anteriores, os recomendamos averiguar previamente qué proveedores de formación de idiomas tienen los recursos que mejor se adecúen a las necesidades de los alumnos antes de tomar una decisión que perjudique el desarrollo normal del curso.
3. Tecnología
Otro aspecto que caracteriza la flexibilidad de los proveedores es su capacidad para aportar alternativas que permitan encontrar el mejor método posible para los empleados. En la sección de Tipos de Formación In Company podéis ver las diferentes modalidades de enseñanza disponibles en la actualidad para el mundo corporativo. Estas modalidades resultan clave en caso de que la empresa no se encuentre en una zona geográfica con escasa presencia de formadores presenciales. Pero también resultan muy adecuadas para alumnos que trabajen desde sus hogares, estén obligados a realizar visitas o viajes por motivos laborales con frecuencia, tengan horarios poco definidos por culpa de reuniones u otras actividades empresariales que se desarrollen de manera salteada a lo largo de la semana o que simplemente prefieran escoger el ritmo de la formación a su gusto.
Una vez más, insistimos en la importancia de analizar la disposición de los alumnos antes de precipitarse con una elección basada en otros aspectos que no beneficien ni a la empresa ni a los empleados. Si el proveedor de formación en idiomas ofrece una alternativa tecnológica a las clases particulares o puede combinar ambas, resultará una opción mucho más segura de garantizar un aprendizaje en condiciones a aquellas empresas que tengan problemas de poder cerrar horarios definidos con sus empleados o que sencillamente estén situadas en lugares alejados o con limitada o nula presencia de academias de idiomas.
4. Precios
Sin duda alguna, todas estas recomendaciones os sonarán muy interesantes –eso esperamos- pero al final no es tanto el sentido común sino el dinero quien acaba teniendo la última palabra en la toma de decisiones. Y tenéis toda la razón del mundo. Pero que este factor no os lleve al error de limitar vuestra decisión al tema económico.
Los proveedores de formación de idiomas con mayores modalidades de opciones de aprendizaje pueden optimizar vuestro presupuesto mediante una combinación de métodos de enseñanza que cubran todas las necesidades de la empresa, respetando vuestro presupuesto. También podéis preguntar por paquetes de formación que, si bien van a modificar los deseos de los empleados, os van a permitir disponer de los cursos que permitan optimizar la capacidad profesional de vuestra empresa.
Otra opción muy interesante es la de las subvenciones destinadas a la formación bonificada para empresas, sobre la que podéis encontrar más información en el siguiente enlace. Consultad si los proveedores de formación en idiomas que hayáis seleccionado están autorizados a impartir los cursos con esta ventaja económica para la empresa.
5. No deis nada por sentado
Con independencia de proveedor de formación en idiomas que escojáis, aseguraos que no solamente disponen de los recursos necesarios para impartir los cursos sino que también cumplen con ciertos requisitos fundamentales para desarrollarlos con garantías. Haced todas las preguntas que hagan falta, por muy básicas que os puedan parecer, para tener la seguridad de que contratáis a la academia adecuada. Asuntos como la experiencia de sus formadores, contenido del curso, medios que van a utilizar para impartir las clases, disposición de un título homologado por parte del MCER (Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas) al
término de la formación y cualquier otra cosa que se os ocurra deben quedar bien definidas antes de tomar la decisión final por vuestra parte.